Cuando vamos a una boda nos vienen a la cabeza varias expectativas sobre la misma, pero también nos vienen muchas dudas a la hora de saber cómo deberíamos reaccionar antes diversas situaciones y cómo vestirnos sin vernos comprometidos o quedar fuera de lugar.
Confirmar vuestra asistencia lo antes posible. Tener en cuenta que los novios pagarán por número de comensales y en ocasiones tienen que cumplir un mínimo. Además, a la hora de gestionar la colocación de las mesas es vital la confirmación, por lo que les ahorraréis muchos dolores de cabezas si confirmáis cuanto antes.
Vestir de acuerdo a la boda. Vosotros conocéis a los novios y sabréis donde será el gran día, por lo que debéis vestir apropiadamente. No sólo porque es un momento especial, sino porque así se le muestra respeto a los novios. Con la vestimenta proyectáis lo que os importa ese día también. No vestir de blanco sigue siendo una regla estricta a cumplir y llevar un discreto segundo plano y no debéis llamar para nada la atención.
Ser muy puntuales. Cuando hay una hora establecida para la ceremonia es porque hay un tiempo especifico dedicado a ello y al haber un retraso en el inicio de la misma son los novios los que sufren las consecuencias (en especial en bodas religiosas) y esto puede afectar el ritmo de toda la boda.
Y por último: Estar en vuestro sitio. Hoy en día se estila que la novia no sea vista hasta que entra por la puerta de la iglesia. Cuando este tipo de entrada está pautada, hacer caso a los Weddings Planners e ir al lugar de la ceremonia cuando se os indique, ya que la novia no podrá salir del coche hasta que todos estéis sentados.
Si hacéis caso a estas simples reglas triunfaréis como invitados!!